fbpx

Sobre mi

Captura de pantalla 2024-02-21 a las 12.36.40

Alex Dominguez, terapeuta y coach

Si estás aquí a punto de leer esto, es por qué quizá sientas curiosidad por mi, mi historia y quizá te resuene y te sirva, no solo para confiar o no en la persona que te guíe en tu nuevo camino, si no para entenderte a ti mismo y sentirte acompañado por alguien que siente, sufre y vive como tu.

Es octubre de 2005, tengo 17 años, me encuentro sentado en el salón de casa con mis padres. Estoy a punto de confesarles toda la verdad, necesito dejar de mentir y de ignorar lo que siento:

“Mamá, papá, no puedo más. Estoy muy mal, me siento muy triste y vacío. No sé que me pasa exactamente, solo sé que os quiero contar toda la verdad. Llevo tiempo alternando periodos de dejar de comer con otros en los que como hasta reventar para luego vomitar, y no puedo parar de hacerlo. También llevo tiempo tomando todo tipo de drogas, a parte de alcohol, tabaco y marihuana. Y por último deciros que he estado una temporada vendiendo hachís”. 

Me saco un considerable fajo de billetes del bolsillo, se lo entrego y les digo: “Esto es todo el dinero que me queda de la venta de hachís, así que usadlo para mi tratamiento”.

Mi vida carecía de sentido por lo que no dudaba en maltratarme y ponerme en peligro llevando mi cuerpo al extremo sin comer, vomitando, drogándome y viviendo al límite.

Dos meses más tarde, ingresaba voluntariamente en un centro de trastornos alimentarios. Quería dejar de sufrir y sentirme en paz.

Lo que aprendí es que para ello necesitaba primero conocerme en profundidad y afrontar el miedo al rechazo, dándome yo mismo toda esa aceptación, validación y amor que tanto necesitaba y buscaba desesperadamente.

Dejé de restringir la comida y vomitar. Dejé de fumar, beber y drogarme por completo y me sometí a todas las normas terapéuticas del centro que restringían cualquier tipo de mecanismo de huida para que no hubiese más salida que sacar todo mi dolor y emociones en terapia.

Gracias a terapeutas y compañer@s tuve una gran mejoría a nivel emocional y conductual.

A pesar de ello, sentía que no conseguía dar el cambio profundo que necesitaba. Seguía siendo bastante inseguro y dependía demasiado de la aprobación de los demás, sobretodo de las chicas. Tenía la vieja y arraigada creencia de que algo malo había en mi que iba a hacer que me rechacen. Así que bajo esta premisa fui atrayendo a mi vida relaciones relaciones tóxicas y de dependencia que de nuevo me harían sufrir.

Estando de prácticas en Nicaragua, decidí que la solución a mis problemas iba a ser ver mundo y viajar todo lo que pudiese. Unos meses más tarde me gradué en la universidad y saque un billete de avión a EEUU donde durante 3 meses recorrí el país y el norte de México. Acto seguido me fui a vivir a Londres y una vez instalado allí, seguía viajando a la mínima que tenía la oportunidad. Ya después de 3 años en Londres volví a Barcelona, mi casa, y no tardé demasiado en materializar “el viaje de mis sueños”. Compré un billete de ida a Argentina y me fui yo sólo a recorrer toda latino América, acabando mi viaje en Cuba un año más tarde.

Pero yo seguía insatisfecho con mi trabajo, cayendo en relaciones tóxicas y sintiéndome inseguro y perdido en la vida en general. Y el alcohol, tabaco y demás drogas volvían a estar presentes en mi vida.

Un tiempo más tarde, me embarque en un nuevo viaje pero esta vez con un motivo más espiritual. Me fui a India 1 año para luego acabar los últimos 3 meses en Tailandia. Hice múltiples retiros de meditación, cursos de Tantra, me formé como profesor de yoga y me sumergí en muchas otras disciplinas y prácticas espirituales. Dejé de nuevo todos mis vicios y pensé que al fin había logrado vivir en paz y harmonía una vida con propósito: poner mis dones y experiencia al servicio de otros hombres para ayudarles a tener una vida plena y feliz.

Mi sorpresa fue que, tras unos meses de vuelta en casa, me volví a sentir vacío.

Y esta vez, después de todo mi esfuerzo y entrega, caí en un bucle depresivo que no había vivido jamás. Tal fue la intensidad de mi malestar que por primera vez tuve que medicarme por una temporada. Lo había intentado todo y me sentía infeliz, inseguro, con la autoestima baja e incapaz de tirar mi propósito de vida adelante.  Ante esta situación, dejé toda práctica espiritual y volví a todo aquello que hacía antes: mi antigua relación, fumar, beber, drogas, etc. Solo mantenía la terapia individual y me apunté a la formación en terapia Gestalt. No fue hasta octubre de 2020, durante el primer día de la formación que, viéndome rodeado de los que serían mis compañeros durante los próximos 3 años, supe que esta vez sí que estaba en el momento y lugar adecuados.

De ahí en adelante, seguí formándome en otras modalidades como la hipnosis terapéutica o la terapia integrativa  mientras me sumergía en un proceso de autoconocimiento profundo, donde me atreví a mirar de frente y mostrar mis sombras, esas de las que yo mismo me avergonzaba y negaba por miedo a mostrarme vulnerable y que pudiesen juzgarme y rechazarme. Pude ver con claridad mi máscara, como huyo para no afrontar mis miedos, invalidándome y, por tanto, boicoteándome. Además, durante este proceso me diagnosticaron TDAH y también supe que soy PAS, aprendí a vivir con ello e incluso a sacarle partido.

Aprendí que de nada sirve hacer ver que soy otra persona y que el único camino es el de la autenticidad, el de aceptar quien soy. Aprendí a tratarme con cariño, amor y respeto. Aprendí a escucharme, a decir lo que siento y a pedir lo que necesito. Aprendí a decidir y a renunciar. Aprendí que solo así, podría dejar de ser una víctima de las circunstancias que va a la deriva como barco sin rumbo para erigirme como único responsable y creador de mi vida. Fui atreviéndome a soltar relaciones y hábitos que me perjudicaban para dar paso a otros más saludables que me ayudan a crecer como persona. Mi seguridad y amor propio fueron creciendo, llevándome a donde estoy hoy, dónde día a día decido cuidar de mi salud física y mental, relacionarme de forma auténtica y dedicar mi vida a ayudar a otros hombres a que se conozcan y liberen para que así puedan desarrollar su mejor versión y lograr de una vez por todas vivir la vida que desean y merecen.

Copyright 2024 – www.alexdrcoach.com

Aviso legal